Hay un hilo conductor entre el Bombardeo a Plaza de Mayo, la dictadura de la Revolución Fusiladora, la Dictadura de Onganía y sus secuaces, el genocidio de 1976, el gobierno privatizador de Menem, el endeudador de Mauricio Macri, el vendepatria de Milei... todos subordinados al poder imperialista comandado por Estados Unidos y respondiendo a intereses del capital internacional, en alianza con las oligarquías locales, cómplices, responsables, genuflexas. Todos aplicando violencia y represión a las protestas sindicales, estudiantiles y sociales para avanzar con el disciplinamiento social que asegure el “Estatuto Legal del Coloniaje”.
El Bombardeo a la Plaza de Mayo fue una masacre silenciada durante décadas por la historia oficial. Cuerpos deshechos, olor a carne quemada, pólvora y espanto. MUERTE de INOCENTES. El 16 de junio de 1955, naves de la Aviación Naval y de la Fuerza Aérea arrojaron bombas sobre la Plaza de Mayo, Casa de Gobierno y el centro porteño, en un intento por dar un golpe de Estado y terminar con la vida de Juan Domingo Perón, Presidente constitucional de la Argentina. Una jornada trágica que dejó más de 360 muertos y más de 1.000 heridos.
Pasaron los años '50 y '60. Hubo cárcel, tortura, exilio, proscripción, censura, muerte, dolor sin límite. Siempre perdimos los mismos. Trabajadores y estudiantes resistimos ─con la sangre y el corazón─ la entrega y la represión.
La violenta represión del 12 de junio frente al Congreso dio comienzo al nuevo paradigma de punitivismo político libertario. La prueba piloto de señalar como grupos terroristas a un músico callejero, vendedores de empanadas o una profesora. La obsesión del fiscal Stornelli, los topos y el regreso de la SIDE.
El fiscal federal Carlos Stornelli es un hombre con rostro perruno y sobrepeso, que supo ser, durante el régimen macrista, un alfil de la lawfare, tal como se le dice a la judicialización de la política, a través de la triple alianza entre cierto sector del Poder Judicial, los servicios de inteligencia y la prensa amiga. Tanto es así que –por ejemplo– la recordada “causa de los cuadernos” fue el gran regalo que le dio la vida. Stornelli, en tándem con el juez Claudio Bonadio, supo idear un sistema confesional basado en la delación asistida. Una mixtura entre el macartismo y la inquisición española destinada a privar de su libertad a todo imputado que no declare lo que ellos deseaban oír. Así nació el festival de los arrepentidos. Pero el fiscal habría tensado la cuerda extorsiva más de lo debido, extendiendo su voracidad hacia presuntas cuentas bancarias a su nombre.
María de la Paz Cerruti tiene 43 años, es contadora, familiar directa de cinco víctimas de la última dictadura militar, nieta de una referente de Madres de Plaza de Mayo y está detenida en la cárcel de Ezeiza sin poder ver a su familia. El miércoles por la tarde, cuando se retiraba de las protestas en el Congreso contra la Ley Bases, seis efectivos de la Policía de la Ciudad la tiraron al piso, la arrestaron y desde entonces está incomunicada.
Estoy haciendo el bolso con la muda de ropa para llevarte a la cárcel de Ezeiza. Acá, en este limbo en que nos dejaron los acontecimientos, donde sólo nos llegan sensaciones y ecos de la realidad, estamos desarraigados, tirados en la tierra, entumecidos por el dolor, alienados de angustia. Acá te estoy haciendo el bolsito, pensando qué te gustaría que lleve.
Salió en los medios, tu secuestro se volvió un gran tema nacional, y salen notas en los principales canales de noticias y portales periodísticos, me parece que puede ser bueno, porque así se visibiliza tu situación, pero al mismo tiempo percibo el estruendoso silencio que se va a producir cuando se termine la novedad, y me da miedo que te expongan los ilusos e interesados, que te ataquen los inmorales y los violentos.
Espero que entiendas por qué te mando el pantalón con felpudito, ya sé que no te gusta, pero quizás hace frío.
Comentábamos, entre las idas y venidas de todos los días, cómo estaba cambiando nuestro país, mientras llevábamos y traíamos a los chicos de la escuela, a inglés, fútbol, tela, o scout, mientras trabajábamos, o después de cenar, cómo el odio se vuelve con tanta facilidad ubicuo y contagioso, negro y pringoso como una mancha de petróleo en el mar.
Me embarga el terror de no verte, de que no te vean los chicos, les sonrío con una mueca falseada, les aseguro que venís en un rato. En el jardín de casa fructifican el limonero y el palto, se escuchan caer sobre el techo del quincho, imagino cómo te gustaría ir corriendo a juntar las paltas. Las dejé en el piso, para que cuando te suelten y se haga justicia las levantes todas juntas, recuperes aunque sea un cachito de todo lo que te están robando.
Lo que no va a tener arreglo es el dolor, eso va a quedar incrustado adentro, sin reparación posible, un hueco imposible de llenar, espacio muerto.
Esos nombres, rumores lejanos de sucesos altisonantes de tapa de diario: Stornelli, Servini de Cubría, Justicia Federal, cosas que leemos en los diarios, tan lejanas de nosotros, de pronto se nos insartan entre las costillas como un puñal helado e intento sacarlo con todas mis fuerza.
Primero tengo que elegir qué campera te llevo, no sé si preferís algo liviano o algo muy abrigado, me decido por llevarte las dos. Mientras pienso cómo escapar de la pausa en la que se encuentran nuestras vidas, recuerdo que te fuiste a una marcha con los chicos de la Unsam, por una ley que se iba a tratar en el Congreso, una ley que probablemente nos termine volviendo más dependientes, menos soberanos, y más vulnerables.
Y después todo fue miedo y terror, vigilia y encierro, sed, oscuridad, mentiras despiadadas, policías cínicos, tortura psicópata, un comisario sonriente y tranquilizador diciéndonos que no nos preocupáramos, que "estaban en un picnic", lo decían porque las tenían esposadas comiendo en el piso lo que nos dejaban pasarles y les daban a cuentagotas.
Me acabás de llamar y nos quebramos, tengo que ir a comprar ropa clara porque no te dejan vestirte con ropa oscura. Te toca a vos ser partícipe involuntaria del show esperpéntico de la política nacional, nos toca a nosotros el dolor y la injusticia, dicen que no gratuitamente, sino porque evidentemente somos terroristas sediciosos, violentos y extremistas. Te codicia un fiscal: presa fácil para exhibirte como muestra del horror, te imputan, te requisan, te trasladan, te incomunincan... te torturan. Te exhiben, te exponen, te hacen mierda gratuitamente. Y la desesperanza también es un virus, que nos copa el alma, nos empuja al abismo y nos hiela la sangre.
Ya tengo listo todo lo que te voy a llevar, te mando el libro de Bourdieu que nunca terminás de leer, lástima que no puedo guardarte nuestras voces en un frasquito, para que te arrullen cuando te sientas sola y no te puedas dormir. Y también me gustaría llevarte a vos y a los otros y otras que están con vos, el remedio que encontré acá afuera contra ese odio que nos quieren inocular y contra el virus de la desesperanza, que son las voces... de los demás. Voces solidarias que desde un primer momento estuvieron reclamando en la calle, difundiendo la locura, protegiendo la vida humana y ¡la democracia!, abrazándonos sin conocernos, mirándonos a los ojos con compasión, regalándonos su apoyo y su fuerza.
16 personas continúan privadas de su libertad en penales de alta seguridad y otras diecisiete fueron excarceladas después de más de 48 horas de detención ilegal. Todas tienen una causa abierta por “incitar la violencia colectiva en contra de las instituciones, imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, infundiendo un temor público y suscitando tumultos o desórdenes, a la vez de erigirse en un posible alzamiento contra el orden constitucional y la vida democrática”, de acuerdo al pedido de prisión preventiva que firmó para el fiscal Carlos Stornelli. En menos palabras, para el Gobierno los treinta y cuatro son “terroristas” que “intentaron perpetrar un golpe de Estado”.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, habilitó oficialmente este martes a las fuerzas federales a realizartareas de ciberpatrullaje“en sitios web de acceso público y fuentes digitales abiertas”.
La medida fue publicada en la Resolución 428/2024 del Boletín Oficial e indica, entre otras cosas, que para realizar su trabajo los agentes a cargo podrán utilizar inteligencia artificial.
Asimismo, entre otras aclaraciones increíbles, se estipula que “el personal policial interviniente deberá ajustarse a lo normado en la Ley de Protección de Datos Personales N° 25.326″, y que “queda expresamente prohibido el tratamiento sin autorización judicial de datos sensibles -en los términos del artículo 2° de la ley precitada- y de las publicaciones efectuadas por niñas, niños y adolescentes”. Y remata irónicamente: “El ciber-patrullaje no podrá interferir con la libertad de expresión constitucionalmente garantizada”, se manifiesta también en cuanto a las limitaciones del accionar policial.
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