A cinco años del fallo de la Corte Suprema que obligó el saneamiento del Riachuelo, por falta de obras del macrismo, el Cildañez es una cloaca a cielo abierto. Los vecinos que vivían en el Camino de Sirga y fueron relocalizados siguen vertiendo sus desechos en la cuenca. Ahora el gobierno porteño se comprometió a terminar una estación de bombeo parada desde hace una década.
Villa Soldati parece ser el lugar al que llegan los caracoles porteños. Los actuales, por la liberación del Camino de Sirga y aquellos de la década del '90, desalojados en apenas dos días del Albergue Warnes. Estos o aquellos con mismo origen y destino: llevaron su casa a cuestas en mudanzas que no solucionaron nada.
El barrio Ramón Carrillo nació en 1990 y cobró vida una vez que la mole de cemento hecha por Perón quedó reducida a polvo y escombros. El barrio pensado para 700 familias cobijó en pequeñas viviendas esperanzas de una nueva reubicación, que nunca llegó. Hoy viven cerca de 2.500 familias, unas 10 mil personas, y esperan que el gobierno de la Ciudad se despierte de la siesta que los tiene hace una década esperando por las obras de urbanización.
La justicia les guiñó un ojo a principios de junio. La Sala II de la Cámara de 2ª Instancia en lo Contencioso, Administrativo y Tributario resolvió rechazar la apelación del GCBA y refrendó los artículos 17 y 31 de la Constitución de la Ciudad para "dar prioridad a las personas de los sectores de pobreza crítica y con necesidades especiales, sin recursos o con recursos escasos".
ARTICULO 17.- La Ciudad desarrolla políticas sociales coordinadas para superar las condiciones de pobreza y exclusión mediante recursos presupuestarios, técnicos y humanos. Asiste a las personas con necesidades básicas insatisfechas y promueve el acceso a los servicios públicos para los que tienen menores posibilidades.
ARTICULO 31.- La Ciudad reconoce el derecho a una vivienda digna y a un hábitat adecuado. Para ello:
- Resuelve progresivamente el déficit habitacional, de infraestructura y servicios, dando prioridad a las personas de los sectores de pobreza crítica y con necesidades especiales de escasos recursos.
- Auspicia la incorporación de los inmuebles ociosos, promueve los planes autogestionados, la integración urbanística y social de los pobladores marginados, la recuperación de las viviendas precarias y la regularización dominial y catastral, con criterios de radicación definitiva.
- Regula los establecimientos que brindan alojamiento temporario, cuidando excluir los que encubran locaciones.
En los hechos, esto significaría cloacas, sistemas de distribución de energía y gas, red de alumbrado público y repavimentación de los caminos, entre otras cosas. Sin embargo, la obra principal es la terminación de la estación y pozo de bombeo, un emprendimiento asumido por la Corporación Buenos Aires Sur pero que nunca terminó.
La intervención de la ACUMAR sirvió para acercar a las partes involucradas y motorizar el reclamo de los vecinos. En el marco del cumplimiento de las obras comprometidas en la causa Mendoza (mañana se cumplen 5 años de la sentencia), el pasado miércoles se realizó una recorrida por el barrio en la que participaron el presidente del Instituto de la Vivienda (IVC), Federico Basavilbaso, la secretaria de Hábitat e Inclusión de la Ciudad, Marina Klemensiewicz, y las legisladoras Laura García Tuñón y Rocío Sánchez Andía, entre otros. También estuvo Tiempo Argentino.
La obra planeada en Ramón Carrillo tiene un costo aproximado de 12 millones de pesos y tanto los funcionarios como las diputadas acordaron una nueva reunión a mediados de agosto, momento en el que deberían estar casi concluidas.
Basavilbaso explicó a Tiempo que "la 1.333 es una ley de 2004 y desde que asumimos en la gestión (NdeR: en noviembre de 2011) estamos trabajando para cumplirla". El funcionario dijo además que "en este último año y medio terminamos las obras más importantes que son la estación de bombeo y la parte central de la cloaca". Sin embargo, el acta de la reunión que mantuvieron las partes y a la cual este diario tuvo acceso certifica que la estación todavía no bombea porque todavía falta "la conexión con la red eléctrica, con el colector de acometida al pozo y con la cañería de impulsión a la 3ª máxima".
La terminación de la obra también aliviaría a las villas Fátima, Calaza, Calacita y, en forma indirecta, a Los Piletones. Asimismo, serviría para las industrias y empresas alojadas en la zona y para el complejo habitacional ubicado en Castañares, entre Lafuente y Portela. Allí viven las familias que habitaron los asentamientos El Pueblito y Magaldi. El gobierno de la Ciudad los reubicó entre 2011 y 2012, cumpliendo con el mandato de la Corte Suprema de desalojar el camino de sirga. Pero el cartero siempre llama dos veces.
La obra inconclusa en el Carrillo, el incumplimiento del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de retirar los barros contaminados de la vera del arroyo y la falta de obras de infraestructura de saneamiento en los barrios de la Comuna 8 hacen que el arroyo Cildañez se presente como una cloaca a cielo abierto. De esta forma, ACUMAR limpia en el Riachuelo los desechos que la Ciudad sigue arrojando por este cauce. Los vecinos cambiaron de barrio, mas no de cloaca.
La muestra está en el Parque Roca, en los 500 metros al descubierto que van desde la Avenida 27 de Febrero hasta el Parque de la Ciudad y en el mismo terreno en el que Macri piensa instalar la villa olímpica con vistas a los juegos de 2018. El Cildañez lo dice todo: burbujas de excremento explotan en la superficie y la pestilencia es tan densa que se acomoda en los tejidos. A los pocos metros, algunas gaviotas aportan los signos de mejora de un Riachuelo que recibe mucha más atención por parte de los ambientalistas que los otros ríos porteños.
Zafaron de la inundación
El arquitecto Gustavo Cañaveral es supervisor técnico judicial en el barrio Ramón Carrillo.
En diálogo con Tiempo Argentino reconoció el trabajo de la red intercomunal del Cildañez y la ACUMAR para lograr que el Carrillo sea el único de los barrios de la zona que no se inundó en abril.
«Cuando llegué al barrio Ramón Carrillo hace un año, durante las primeras lluvias que pasé en el mismo, observe unas lagunas sobre los pavimentos con agua mezclada con desagues cloacales. Analizando la situación me informaron de algunas cañerías cloacales conectadas al sistema pluvial. Inmediatamente, pude solicitar autorización para resolver el tema ya que no podía esperarse que viniese la empresa de limpieza que debió venir durante los 5 años pasados y no lo hizo. No era custión de hacer notas solamente. Para resolverlo, pensé en organizar la limpieza con los camiones del IVC, cosa que pude conseguir y así organizados con todos los vecinos del barrio y dejando las tensiones vecinales de un lado limpiamos durante un mes bajo mi supervisión y la de los vecinos todos los sedimentos de las cañerías que no se habían limpiado, es decir entre todos lo pudimos hacer. Así, al recuperar su capacidad de reserva a seccion llena, los caños funcionaron de reservorio y sacaron el agua de lluvia plulviocloacal al Cildáñez y desde éste al Riachuelo.
»Debí tomar una decisión de cirujía mayor, elegir entre la contaminación en superficie por la aún faltante obra de saneamiento, con el peligro de contagios a la gente, o enviarlo al Riachuelo desde el Cildáñez. No lo dudé. Así, las cañerías al sistema de desagues funcionaron perfectamente como reservorio al sacar varios metros cubicos de sedimentos, y controlado por la gente, sumidero por sumidero, llegamos a la explicación de por qué no se inundó Ramón Carrillo ni el 6 de diciembre, ni el 2 de abril , único barrio de la cuenca en que pasó eso, sencillamente porque limpiamos los caños antes de las lluvias.
»El efecto de reservorio de los mismos amortiguó el impedimento de no poder salir por el Cildáñez que no dejaba recibir nada de pluviales y generaba el retroceso del mismo arroyo contra los barrios. Es decir, el Cildáñez funcióno al revés: no pudo funcionar por la falta de limpieza y retiro de sedimentos o dragado del mismo, es una cuestion de física, los sedimentos acumulados, la falta de verificación de las secciones de los caños, el no dragado de esos conductos, ayudó mucho a generar el impacto tremendo que generó en el área la cuenca del Cildáñez. Es decir, el Cildáñez como Aliviador del Maldonado hacia el Riachuelo, un Riachuelo un poco elevado por las lluvias y enseguida al no poder acumular la gran cantidad de lluvia por este problema de la basura, generó la situación. Al menos, es una explicación de los hechos. Nos queda resolver el problema: cómo evitamos la contaminación al arroyo Cildáñez, es decir, la terminación de las obras de infraestructura y saneamiento en la comuna 8, los planes de todas las industrias o frigoríficos del mercado de hacienda para el tratamiento de sus desagües, dentro de un plan de desarrollo integral de trabajo para el área, para finalmente soñar con un arroyo Cildáñez a cielo abierto, entrando al Riachuelo como una via de comunicación fluvial, deportiva y turística para la villa olímpica futura, pero fundamentalmente, para inclusión social de todo el pueblo, visión desde el agua que hay que comprender y accionar, para que no sea sólo un padecimiento, sino que sea una oportunidad para la recuperacion ambiental de todas las cuencas».
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