«Por momentos, Puerto Madero parece solo una maqueta uno en uno de ladrillo, hormigón y vidrio a la que, [...] En las noches de niebla, cuando se ve cómo emergen sus torres, parece un paisaje de Crónicas Marcianas. Con los destellantes semáforos que esperan encontrar su utilidad»
arquitecto
González Montaner
«Las características de exclusión, fragmentación y polarización social producto de la economía globalizada, tienen su correlato territorial en la franja costera de la CABA, pudiendo considerárselo como un “laboratorio” para el estudio de un fenómeno socio-territorial en el que conviven los mayores ganadores y perdedores del nuevo orden, siendo también este territorio el lugar donde se juegan los distintos conflictos de intereses en relación con la asignación de su destino, sea como área urbanizada o como espacio verde».
Puerto Madero puede ser considerado emblema de las transformaciones ocurridas en la ciudad de Buenos Aires durante la década de los 90. Desde el urbanismo y las ciencias sociales, cuando se habla de los efectos espaciales de la globalización económica en la ciudad de Buenos Aires, inmediatamente la intervención urbanística Puerto Madero surge como paradigma de la nueva urbanización, junto con la aparición de los barrios cerrados, las torres y la gentrificación de algunas zonas de la ciudad.
El Proyecto Puerto Madero se puede definir como una intervención de urbanismo escenográfico y que el paisaje urbano resultado de esta intervención sintetiza valores asociados al patrimonio arquitectónico, histórico y/o industrial; a la calidad estética y ambiental. ¿Cuáles son los recursos de los que se vale el urbanismo escenográfico para construir el paisaje urbano de Puerto Madero? ¿Cómo es la relación entre el barrio Puerto Madero y el resto de la ciudad? ¿Cómo se vinculan los valores asociados al patrimonio cultural con la calidad estética y ambiental? ¿Cómo incide esta operación urbana en los procesos de inclusión/exclusión y en la demarcación de fronteras que expresan situaciones de segregación socio-espacial?
En 1991, el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires aprobó una norma de protección patrimonial que dictó pautas de preservación para el ámbito de los dieciséis edificios de ladrillo rojo, construidos entre 1900 y 1905, y que constituyen un prototípico conjunto de arquitectura utilitaria inglesa. El reciclaje edilicio se atuvo a las condiciones normativas, respetando los materiales y las fachadas originales. De igual manera en el diseño de los paseos peatonales y en las cabeceras de los diques se emplearon materiales y elementos del viejo puerto. Estas acciones junto con la iluminación y pintura de las grúas configuraron una estrategia evocadora del espíritu portuario.
Algunas posturas sobre la intervención en Puerto Madero sostienen que es evidente el beneficio al conjunto de la sociedad, considerando que aportó a la comunidad mejoras en la calidad del espacio público, del patrimonio construido o del paisaje. Se destaca: en la ejecución del Plan Maestro: la protección de la imagen de los espejos de agua, la preservación de la volumetría de los galpones, la puesta en valor -e inclusión paisajística- de las grúas y los antiguos silos. “La idea de legado, que aparece en esta formulación propone como criterio de evaluación de los beneficios sociales de un proyecto de es te tipo, el valor de preservar, de poner en valor o incluso resignificar un espacio” (Garay, 2011).
En este orden de ideas, Garay sostiene que uno de los más relevantes efectos de la rehabilitación portuaria radica en la exitosa reinserción del territorio en el mercado y el aumento de valor, reflejados en el incremento de los precios inmobiliarios. “En este punto, se puede considerar que el hecho de proteger el carácter de bien público de las áreas patrimoniales puede producir beneficios externos, de los que se favorecen los propietarios, sobre todo aquellos que viven en el sector, los que compran y remodelan las propiedades circundantes, [...]” (Garay, 2011) [énfasis mío]
Asimismo considera que la no utilización de terrenos urbanos centrales abandonados, implica un pasivo equivalente a la renta mensual. “Demostrada la existencia de una renta potencial que se desperdicia, el eje de la discusión se traslada, y el problema pasa a ser el diseño del instrumento más adecuado para capturarla”(Garay, 2011) [Énfasis mío].
Precisamente pensar la gestión urbana en Puerto Madero como una estrategia de city marketing, o marquetización término con el que Tomás se refiere al “uso de las ciudades como productos de marketing y publicidad, en un mundo dominado por la imagen” (Tomás, 2003) nos puede revelar alguna pista para responder al interrogante que nos plantea la paradoja de considerar a Buenos Aires como un ejemplo de ciudad exitosa aún en medio de la crisis económica generada por las políticas neoliberales.
[No sobra recordar que mientras se ejecutaba exitosamente el GPU Puerto Madero a finales del año 2000 y durante los siguientes tres años la Argentina atravesó una de sus peores crisis económicas, al romperse el modelo de la convertibilidad monetaria, entrar en default con los organismos económicos internacionales y llegar al borde de la quiebra estatal.]
Sin embargo, no podemos obviar las tensiones que se hacen evidentes, a medida que se ponen en prácticas las intervenciones urbanísticas. En junio de 2007, el especialista en cascos históricos Goycoolea Prado, expuso algunas de sus reflexiones sobre la intervención urbana en Puerto Madero que compartimos plenamente, la desvinculación de Puerto Madero con el resto de la ciudad, “a Puerto Madero no se llega, hay que ir” y, la ruptura con el paisaje tradicional de la ciudad, el horizonte y el río, que supone la aparición de las torres frente a la Reserva Ecológica: “[...] lo que me parece un disparate, es la aparición de las torres frente a la Reserva Ecológica, que rompen el paisaje tradicional de la ciudad, el horizonte y el río. Han roto la imagen histórica. En definitiva, es una privatización del paisaje, que es un bien público (Videla, 2007) [Énfasis mío].
Esta mirada crítica va en consonancia con el análisis de Svampa, quien al considerar a Puerto Madero como metáfora del progresismo, resalta su carácter excluyente: “La evolución y actual fisonomía de Puerto Madero constituye efectivamente una metáfora del progresismo que, lejos de apuntar a un futuro de “inclusión”, [...] el barrio expresa la contundente concentración de la riqueza, amplificada en los 90 y consolidada en estos últimos años, al tiempo que ofrece una cierta flexibilización de las fronteras [...]” (Svampa, 2008, p. 284).
“Puerto Madero, el barrio más nuevo de la ciudad, ya es antiguo”. Es el veredicto de Roberto Converti, arquitecto y urbanista a cargo del planeamiento porteño en el marco del proceso de autonomía de la ciudad, allá por 1996, y quien también presidió la Corporación Puerto Madero entre 2000 y 2002. “Con más de 20 años, ya no forma parte de la modernidad de Buenos Aires. Las normas urbanas se aprobaron entre 1993 y 1997 en sus distintas fases, el masterplan se pensó en 1991 y se fue concretando en el tiempo.
El problema es que se le exige más, cuando en realidad se trata de un proyecto que cumplió con los objetivos de una época y hoy ya no tiene más cosas que hacer. Además, Puerto Madero demostró ser decadente en cuanto a sus sinergias. Eso es lo paradójico del barrio: todo el frente costero sur está muy maltratado, se crearon asentamientos, hay plazas de estacionamiento de camiones en la vía pública, la zona portuaria sin uso está tugurizada, los bordes de la dársena sur no tienen calidad alguna, en Retiro se consolidó la Villa 31 y la autopista no se hizo. En términos de proyecto en sí mismo, Puerto Madero cumplió. Pero, en términos de valor urbano, el saldo es negativo ”, analiza el también director del estudio Oficina Urbana (Obiol, 2013) [énfasis mío].
JIMENA RAMÍREZ CASAS
Antropóloga.
Doctoranda Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires.
Secretaria Académica “Cátedra Libre de Espacio Público y Sociedad”
Universidad Nacional de La Plata
Argentina
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Doctoranda Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires.
Secretaria Académica “Cátedra Libre de Espacio Público y Sociedad”
Universidad Nacional de La Plata
Argentina
Muchas Gracias por la difusión.
ResponderBorrarPero para la próxima vez por favor, pedir autorización
En internet no es ncesario pedir autorización cuando se cita la fuente y se ponen los vínculos hacia la misma.
ResponderBorrarEs una cuestión de cortesía...
ResponderBorrarNo de Copy Rigth
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