La Barraca Peña es otro sitio histórico que el PRO olvidó. Allí funcionaron varios depósitos, una pulpería y una estación de ferrocarril. Está protegida legalmente, pero sumergida en el abandono.
El complejo debe su nombre a un comerciante español de apellido De la Peña. En 1774, estableció allí una barraca con fines comerciales. Las barracas fueron casas ordinarias que servían de almacenes y habitaciones para los visitantes. Luego se convirtieron en depósitos de cueros, lanas, cebo, carne salada y crines.
El paisaje de la época estaba dominado por estas gigantes estructuras que hacían sombra a astilleros y pulperías. El conjunto de edificios se componía de un antiguo almacén con pulpería, un galpón para prensar y almacenar lana y un galpón de mampostería que tuvo varios usos, como las necesidades de alojamiento y alimentación de las personas que llegaban al puerto, así como a la administración, estiba y resguardo de lana, carbón y maderas. Documentos de la época dicen que hacia 1900, la barraca comprendía una superficie de almacenamiento de 200 mil metros cuadrados, y era administrada por el Ferrocarril del Sud.
La Barraca Peña está protegida por el Código de Planeamiento Urbano como Área de Protección Histórica. Asimismo, la Ley 3551, sancionada el 2 de septiembre de 2010, catalogó el conjunto de inmuebles con Nivel de Protección Estructural.
Entre 1995 y 2010 hubo varios intentos de puesta en valor y proyectos de refuncionalización de la Barraca Peña. En el marco de la Declaración N°2559 votada por la Legislatura en 2004 (que planteaba una planificación estratégica para el desarrollo de La Boca), la Ciudad se dio a la tarea de recuperar esas construcciones. En 2006, comenzaron la puesta en valor patrimonial de los edificios y las excavaciones arqueológicas. Y las miles de piezas encontradas aumentaron las expectativas de hallar vestigios de la primera fundación de Buenos Aires, en 1536.
Una de las obras centrales era la puesta en funcionamiento del Centro de Interpretación Arqueológica Puerto del Riachuelo para la investigación y exhibición arqueológica y patrimonial. Tras varios meses de trabajo interdisciplinario, se puso en valor y reinauguró la estación ferroviaria, con la idea de que hasta allí llegara el tren, lo que jamás sucedió. Es el mismo tren que pasa por detrás de La Bombonera, en terrenos usurpados por el club Boca Juniors.
En 2007, sin embargo, el macrismo paralizó todas las tareas y desprotegió la Barraca Peña. El fallecido historiador Félix Luna había ideado el "Grupo de Apoyo para la Puesta en Valor de la Barraca Peña", con expertos que recuperaran el valor del predio como espacio de memoria portuaria e industrial. La idea era crear una oferta de turismo recreativo, con locales gastronómicos, espectáculos, talleres y exposiciones, ambientada en la época de mediados del siglo XIX. De todos los proyectos sólo quedó una excavadora olvidada en un patio interno y un empleado de seguridad que cuida que no entren potenciales ocupantes.
La destrucción sistemática que el gobierno de Macri viene realizando sobre el patrimonio histórico...
En el año 2004, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la Declaración N° 2.559. La misma proponía un Plan Estratégico para el desarrollo del barrio de La Boca. Una de las tareas centrales que proponía dicho programa era la de recuperar una de sus zonas y construcciones más antiguas: el área Barraca Peña.
En el año 2006, se comenzó a trabajar en el área, en base al plan general, recuperando y poniendo en valor patrimonial los edificios y realizando excavaciones arqueológicas.
Durante varios meses, un equipo multidisciplinario de arqueólogos, historiadores, arquitectos, antropólogos, etc., trabajó en el diseño de planos, investigaciones, pliegos licitatorios, actividades culturales y de difusión. Comenzaron las obras en los edificios y las excavaciones. Se puso en valor y se reinauguró la estación ferroviaria en el marco del proyecto de lograr que el tren volviera a llegar hasta allí.
Lejos de continuar con las acciones, el gobierno porteño paralizó y abandonó toda la tarea, derrochando, de ese modo, recursos que los vecinos de la ciudad ya habían aportado.
Cuando a fines de 2008 se produjo en Puerto Madero el hallazgo de una embarcación del siglo XVIII, y antes de que se decidiera qué se haría con ella, manifesté, a través de una carta de lectores publicada en el diario Clarín, que semejante descubrimiento, quizás despertara en Macri curiosidad por saber qué hacer con los objetos arqueológicos encontrados por miles en la costa del Riachuelo, a los que se le sumarían los encontrados en la embarcación descubierta. Afirmé en aquella nota que “recuperar la absurdamente ignorada área Barraca Peña, no sólo dará el marco ideal para la exhibición de nuestra historia, sino que posibilitará darle un fenomenal e indispensable impulso a una de las zonas más castigadas y olvidadas de nuestra ciudad. Justamente esa a la que, seguramente, se dirigía el galeón de Puerto Madero”.
También advertí que “lamentablemente hoy, a más de un año del inicio de su gestión, Macri está poniendo en serio riesgo de derrumbe, por falta de inversión y de acción, los edificios de Barraca Peña”. No me equivoqué. La desidia y la ignorancia a las que nos tiene acostumbrados este émulo de “Terminator” que gobierna nuestra ciudad, derivaron en que, por su inacción, el muro del edificio donde fue enterrado y abandonado el navío encontrado, se derrumbara casi completamente. Reitero, estoy hablando de un muro de ladrillos del año 1860.
Durante 2012, el diputado Juan Cabandié realizó un pedido de informes, sin respuesta. La Asociación Amigos de Barraca Peña recurrió a un pedido de acceso a la información pública, que fue rechazado. El mes pasado, tomó intervención la Defensoría General de la Ciudad. Y, desde la ACUMAR están solicitando la cesión de los edificios para llevar adelante el proyecto de recuperación que presentáramos.
La destrucción sistemática que el gobierno de Macri viene realizando sobre el patrimonio histórico, cultural y social, demuestran, no sólo su ignorancia, sino su concepto puramente mercantilista de la gestión.
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