- "Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo, porque se que tras de mi quedan ustedes, que sabrán defender la patria con el valor del que han dado pruebas”
Güemes... antes de morir
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Descansa mi patria
Nadie hollará tu confín
Porque velan noche y día
Los gauchos de don Martín
En la frontera de Salta
No hay ejército, señor
Los guerrilleros se bastan
Pa' pararlo al invasor
Changos, mujeres y viejas
De todos la guerra es
Si el godo matase a uno
De tierra aparecen diez
Los godos vienen bajando
De Humahuaca hasta Jujuy
Dejen que vengan paisanos
Que Güemes espera aquí
Salteña color canela
En pelo el tarco azul
Parece una escarapela
Cuando Güemes va a la guerra
Su hermana lleva un arcón
Para su espada, sus balas
Y sus cosas de varón
En Salta nació la patria
En Jujuy comienza a andar
Montada y con guardamontes
Ninguno la ha de voltear
Campanas de alarma
Anuncian revolución
Quién pondrá grillos al alma
De un pueblo en insurrección
La frontera ya está en llamas
Y desde el Alto Perú
Corre sangre americana
Hacia las pampas del sur
Los bailes que mí me gustan
No los bailo en la ciudad
Los bailo mientras me duran
Las salas para tirar
En Tilcara y Pumamarca
Y también en Maimará
Escrito está con mi marca
Ningún godo pasará
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El mismo 25 de mayo los bacanes insurrectos de Buenos Aires se adueñaron con exclusividad de los ingresos de la Aduana, los únicos significativos que entonces ingresaban a las arcas de la colonia del Río de la Plata, y sustituyeron a los funcionarios virreinales, jerarcas eclesiásticos y comerciantes españoles en el poder político sin profundizar las reformas sociales que las circunstancias hubiesen permitido. Además dicha acción también les permitía controlar las economías provinciales al decidir los impuestos a pagar por las mercaderías que entraban y salían, condenando a la ruina a las artesanales industrias del interior.
Entre dichos jefes populares se destacó el salteño Martin Miguel de Güemes, quien puso en evidencia que la guerra independentista contra España era también la guerra contra Buenos Aires, más aún era la guerra contra la explotación feudal del pueblo bajo de gauchos, afrodescendientes, indígenas, condenados a la servitud esclavizante. He aquí la razón por la que en nuestro noroeste los sectores populares se comprometieron con la revuelta política en cuanto ésta prometía también el cambio social. Recordar el discurso de Castelli en Tiahuanaco.
A pesar de venir de esa misma clase holgada su compromiso vital fue con los humildes , y sabido es que la traición de clase es un gravísimo pecado a castigar. Además su vocación de justicia social hizo que cuando fue elegido gobernador por el voto popular, desconociendo las instrucciones contrarias de Buenos Aires, dictó medidas que favorecieron al pobrerío gaucho e indígena, como fue el caso de una reforma agraria en que se repartieron entre los humildes tierras incautadas a españoles y a “malos americanos” contrarios o indiferentes al movimiento libertario. También liberó del pago de arriendos a los incorporados a la guerrilla patriota.
Eliminado Güemes, la aristocracia salteña, dueña otra vez del poder, aliviada de volver a ver palas y no armas en manos de sus mineros y campesinos, feliz de ya no ser obligada a apoyar la emancipación, festejó su muerte e hizo desvergonzadamente pública su traición en el acta del Cabildo de Salta que ofrece la gobernación provincial al jefe español enemigo : "Fue (la ciudad de Salta) el siete del siguiente junio ocupada por las armas enemigas del mando del brigadier comandante general don Pedro Antonio de Olañeta que penetradas de la compasible situación en que se hallaban los ciudadanos entregados a la mano feroz del cruel Güemes, sorprendieron la plaza sin ser sentidas, logrando la ruina del tirano con su fallecimiento acaecido el diecisiete del mismo resultivo de una herida que recibió cuando más empapado se hallaba en ejecutar los horrores de su venganza (…)”. Firman apellidos de la más rancia aristocracia salteña: Saturnino Saravía, Baltasar de Usandivaras, Alejo Arias, Juan Francisco Valdez, Gaspar José de Solá, Dámaso de Uriburu, Mariano Antonio Echazú, Facundo de Zuviría, Francisco Fernández Maldonado y otros.
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ZAMBA Y LXS PATRIOTAS
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JORGE CAFRUNE
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LA GUERRA GAUCHA
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