El tiempo y otras cosas pasaron, somos menos, el “te acordas de…” trae tristeza, pero ahí esta la íntima alegría que supone saber que no se va a hablar de boludeces tamaño: Susana, Mirtha, Echecopar, Leuco... sí, opinar de mucha política, de entonces y de ahora.
Aparecerán las semejanzas, que no las repeticiones, pero será inevitable todo lo que vivimos, Perón, Lopecito, Bidegain, Calabro…
Mientras cae de suyo el nombre de Kicillof para una supuesta izquierda, ya no será Bidegain, pero intenciones tiene, y, como Bidegain tiene su sombra ominosa en Calabró, no es difícil ver en los “propios” la sombra amenazante.
Las épocas nos resultan sin embargo incomparables, entonces teníamos en Lopecito o la JP de Yessi, en la burocracia sindicalista, a los enemigos, pero nosotros eramos más, muchísimos más, y nuestra Campora iba en serio, no era el remedo actual que esta bajando siempre de Sierra… de la Ventana, sin que ninguno de nosotros haya estado en la otra mítica, histórica sierra, hablábamos mucho de ella y del Che, dimos mucha pelea en la discusión sobre la fascinación por las armas, los que estábamos, nunca formamos parte de organizaciones, dábamos la discusión: “el infantilismo de izquierda”, “aislarnos”, pequeño burguesia, vanguardia esclarecida…
En la conversa tuvo lugar el tema de los presos políticos, con Campora había sido inmediata la liberación, ahora hay que ver, hace meses reconociamos que el fiel de la balanza era el Compañero Boudou (el enemigo por excelencia del establishment), eso daría la idea de qué programa llevaríamos adelante. Para dejar clara la cosa, nos remitíamos a la nota: UN PLAN, ¿QUÉ PLAN?
Nunca imaginamos el nivel de traición y panquequismo a que llegarían muchos dirigentes de entonces y la gran mayoría de los actuales.
Insistirán, en su mundo de fantasía es posible aún reciclar a Sagasti, si bien en la conversa había convicción que de todo se vuelve en nuestra sociedad: mentira, ocultamiento, rídiculo, parece que al menos se necesita tiempo, recurrir en estos días a enfáticas denuncias de Anabel sobre el macrismo, dados en imagen partida por TV, Cristina y ella, parecen no alcanzar, el mundo de fantasía se deshilacha, sus declaraciones sobre la defensa del agua mueven a sorna, esa cosa que tiene la realidad: nunca tuvo en cuenta el interés popular, BIEN POR EL PUEBLO DE MENDOZA, fuerte su respuesta, DEMOCRACIA DIRECTA QUE LE DICEN.
En la volteada también caía la imagen de Alberto, sus señales a la derecha, su posición sobre la megamineria en Mendoza, su linea de inaceptable continuismo, solo podemos contar con Glifosato a Monsanto, Megamineria a Barrick, Petróleo a Chevron, Venta de Tierras Públicas… el puro extractivismo como único norte, sus viajes, y Gioja ejemplo puro y vivo, dando seguridades sobre la seguridad con que se maneja el cianuro en su tierra, entre los presentes uno es oriundo de San Juan, con familia allá, contaba: “los animales se mueren, la majadita flaca y enferma, los guanacos, la cebolla que cosechan negra…”. Gioja da seguridad, cuenta con la ventaja de una sociedad casi feudal de mucho sometimiento, no es sin duda Mendoza, pero, vaya uno a saber si por esas cosas del desarrollo desigual y combinado… ilusiones que nunca perdimos, adolescentes muy, muy tardíos, o quizás el vino.
El temor sobrevoló la reunión, que fácil pueden volver si la dirigencia da estas señales a la sociedad, el deterioro que presupone la incapacidad, la falta de convicciones, el “no hay otra cosa”, alinearse con EEUU, casi como un eterno retorno, una historia circular, cada vez más acelerada, ¿dentro de 8 años? ¿o de cuatro?, nos agarra cansados, somos los mismos que cantábamos en Plaza de Mayo “se van, se van y nunca volverán” pero era el 73, medio siglo que no se arregla con parches temporáneos porque:
Mientras tanto Venecia se hunde/seca, y Australia se quema, toda, todita.
Adolfo Rossi
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