viernes, 3 de mayo de 2019

EL SEÑOR RODRÍGUEZ: LA GRAN ESTAFA




La Gran Ciudad de las Injusticias grandes nos cobija y nos expulsa cada día...

Recorrimos otra vez el área mencionada en las notas:

LA IMPROVISACIÓN DEL SEÑOR RODRÍGUEZ (22-05-2018 )

y RODRÍGUEZ: EL QUE NO PUEDE LO MENOS, NO PUEDE NADA (02-06-2018)

Y continuamos con LA CIUDAD DISTÓPICA DEL SEÑOR RODRÍGUEZ (27-07-2018), en las que mencionabamos el derrumbe de la importante viga del viaducto del FF.CC. San Martin, hoy por fin la vemos erigirse victoriosa sobre sus enormes y nuevas columnas reconstruidas.


Se advierte que los largos y penosos dias que demandó la demolición de los restos de la viga y el retiro y reconfeccion de las columnas correspondientes, hoy lucen una viga terminada, soporte del tendido longitudinal.

Solo una duda resta, desconocemos proyecto, planos de ejecución y demás, pero nos gustaría poder verificar la curva del tendido del ferrocarril, estricto en su cumplimiento para funcionar y, que pareciera demasiado ajustada en su radio de giro.

Nos merece esta apreciación, debido al mal cálculo del puente ferroviario de la localidad de Luján donde no pueden coincidir dos trenes al mismo tiempo simplemente porque resultó angosto, y hubo que ensancharlo, o cualquiera de los pasos bajo nivel, donde no pueden circular ambulancias por la escasa altura de paso.

Tanto la reconfección de la viga como la del puente habrá exigido gastos de los cuales no tenemos información alguna, aunque descartamos que han sido absorbidos por las empresas intervinientes en estos despropósitos estructurales.


• LA CIUDAD INHOSPITA DEL SR. RODRIGUEZ... Un mobiliario urbano agresivo y expulsivo







• EL REVERSO DE LA “HOSPITALIDAD” = LA CIUDAD INMOBILIARIA





El gobierno porteño instaló contenedores “inteligentes” en la renovada avenida Corrientes para “evitar que la gente se meta y saque basura”, según explicó Eduardo Macchiavelli, ministro de Espacio Público porteño.

Los nuevos contenedores funcionan con tarjetas magnéticas que estarán exclusivamente en manos de los frentistas de Corrientes. Así, las personas y familias en situación de calle y de indigencia ya no podrán acudir a ellos en busca de recursos de sobrevivencia.

Cuando un vecino quiere abrir la tapa del contenedor, debe apretar un botón y apoyar la tarjeta en un lector que hace que el habitáculo se destrabe.

“Hoy 7am estrenamos 18 nuevos contenedores inteligentes con el Jefe de Gobierno y máximas autoridades del GCBA. Los vecinos recibieron tarjetas magnéticas para uso exclusivo de los contenedores que se mantienen cerrados en este plan de renovación de Av. Corrientes”, difundió la empresa Veolia, abocada a “servicios ambientales”.



EL SEÑOR RODRÍGUEZ GASTA EN CONTENEDORES "INTELIGENTES"
Y LES QUITA LA COMIDA A LOS ALUMNES EN LAS ESCUELAS



• OBRAS FARAONICAS ANUNCIADAS UNA Y OTRA VEZ VIA PRENSA ADICTA
 

Las grandes obras aun en proyecto a las que haciamos mencion en anteriores notas, como las del edifico puente del BID en Retiro, y todas los enunciados con gran pompa, OBRAS FARAONICAS COMO:

EL PUENTE SOBRE EL RÍO BID
 
También, emerge, casi en silencio, el despropósito de la supermega estación bajo el Obelisco que enlazaría los 5 puntos cardinales del país, en infinitos niveles borgianos, una gran obra, a qué dudarlo, que terminó en ganancias sólo para quienes la promocionaron, hicieron el marketing, quizás algo del proyecto, y sin opinión alguna de las instituciones que se supone debían opinar: CPAU, SCA, FADU...






El final de la agenda danesa

En mayo de 2016, en el marco del Primer Encuentro de Caminabilidad de la Ciudad, el reconocido arquitecto danés Jan Gehl dio una master class invitado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Un año después, en abril de 2017, mediante una adjudicación directa, el estudio Gehl Architects cobró US$ 1.035.000 para realizar estudios y asesorías en planificación urbana centrados en la zona de Retiro y la Villa 31.

Gehl es uno de los arquitectos urbanistas más reconocidos del mundo, no hay aquí una crítica directa a él y su trabajo. Lo que sí nos preguntamos es sobre el desfasaje entre esa agenda danesa y la situación de CABA; entre pagar en dólares por asesoramiento hiper refinado, basado en una ciudad como Copenhague, y la realidad social que nos atraviesa. Si en 2017 esa agenda generó discusiones y repudios, hoy día, con seiscientos mil pobres viviendo en la Ciudad, es indefendible, alejada completamente de la realidad.

El Gobierno de la Ciudad no ajustó su agenda a la crisis económica que viven los porteños.

La ampliación de las veredas y los canteros de la calle Corrientes conviven con decenas de persianas bajas y restaurantes vacíos. En las plazas se colocan bancos de diseño donde terminan durmiendo miles de porteños que perdieron su hogar. Se renuevan millones de baldosas, muchas de ellas en buen estado, mientras las escuelas tienen ratas y los chicos reciben una vianda inapropiada para sus necesidades. Los perros pueden viajar en el subte pero sus dueños no pueden pagar el pasaje. El proyecto de una modernidad para pocos está en las antípodas de lo que nosotros pensamos; hoy, además, es insostenible, impracticable. La brecha entre los ciudadanos y el gobierno porteño se ensancha a pasos agigantados. Necesitamos proyectar una ciudad moderna y socialmente justa: hoy esos dos conceptos se presentan como contradictorios.

Nos adentramos a una campaña inédita: nunca antes el oficialismo porteño entró a una contienda electoral en las condiciones socio-laborales y económicas que se encuentra la Ciudad. El desdén macrista por la educación pública podía ser tolerado por una fracción de la sociedad que, despreocupada, enviaba a sus hijos a escuelas privadas. Hoy eso cambió, hoy decenas de miles de alumnos pasan de privada a pública por problemas económicos, y, claramente, quieren para sus hijos una formación de calidad. Son también miles los que solicitan vacantes en el nivel inicial y no las obtienen. Algo semejante ocurre en la salud, en donde el aumento descontrolado de las prepagas, la precarización laboral y unas obras sociales golpeadas por los costos y la baja del empleo hace que muchas miradas que antes no lo hacían se dirijan al hospital, al CeSac del barrio. Y lo que se encuentran no es alentador. En relación con dos años atrás hay 150.000 porteños que dejaron de estar cubiertos por las prepagas. En medio de la prosperidad, del aumento del salario real de la década anterior, la privatización del espacio público y del ocio propiciadas por el macrismo eran un problema pero solucionable vía ingresos: hoy el cine, el teatro, y los shopping son espacios que muchos porteños no pueden darse el lujo de pisar.



Parte importante de la recaudación de la ciudad proviene del sistema financiero nacional que la tiene por sede. Uno de los pocos sectores que pueden mostrar ganancias en estos tiempos. ¿No debería la Ciudad utilizar estos fondos para aplicar políticas contracíclicas que permitan amortiguar la fenomenal caída de actividad y consumo? En vez de aumentar el transporte, ¿no debería facilitar la movilidad de los porteños? ¿No debería suspender los aumentos de ABL y desdolarizar los aumentos en las multas atadas al precio de combustible? ¿Es momento de establecer un sistema recaudatorio que llevará al 60 por ciento de la ciudad a convertirse en zonas de estacionamiento pago? ¿No deberían rediscutirse los cánones irrisorios que siguen pagando muchos concesionarios, empezando por quienes tienen privatizada la costa del río, para aumentar los fondos que permitan atender una indigencia que se duplicó en la Ciudad?



El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cuenta con múltiples recursos tributarios. Los porteños (y parte importante de los bonaerenses) pagan altos impuestos para sostener un Estado que no logra disminuir la inseguridad, que no les asegura las vacantes de sus hijos, que no les brinda salud de calidad, ni un sistema de transporte público a la altura de ciudades semejantes en el mundo, que no asiste a los más necesitados y que no tiene política para el empleo y la producción. Un gobierno que no. Frente a esta crisis, ante la incertidumbre económico que experimentan todos los vecinos, ante el cierre de comercios y la pérdida de empresas, la continuidad de la agenda danesa del gobierno porteño, gastar millones y millones en macetas, cabinas anti-stress y en contenedores inteligentes, es inentendible. No estamos en Dinamarca, sería bueno que tomen conciencia de eso.




DESDE HACE AÑOS VENIMOS DESENMASCARANDO AL MERCACHIFLE MAYOR DE LA CABA: EL SEÑOR RODRÍGUEZ. A PESAR DEL BLINDAJE MEDIÁTICO QUE LO PROTEGE, GRACIAS A LOS MILLONES DE NUESTROS IMPUESTOS GASTADOS PARA COMPRAR EL SILENCIO Y LA OBSECUENCIA.





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