Desde el Gobierno del señor Rodríguez titularon: “Complejo Hospitalario Sur” al proyecto inmobiliario presentado por el Ministerio de Salud de la CABA, y se lo enviaron a las autoridades de 5 hospitales hace dos semanas. El mismo busca concentrar en el Hospital de Infecciosas “Dr. Francisco Javier Muñiz” a: 1) Hospital Municipal de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer, 2) Hospital oncológico Marie Curie, 3 ) Hospital de Gastroenterología “Dr. Carlos Bonorino Udaondo”, 4) y el Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP).
Dicen que se busca ahorrar en lo que se destina al funcionamiento de 5 hospitales para hacerlo en uno solo. Pero todes sabemos que los amigos del poder harán sus millonarios negocios inmobiliarios en aquellos lugares donde hoy funcionan los hospitales. Entonces, habrá cierres de hospitales públicos, recortes sobre las plantas de trabajadores de cada institución, y precarización de la salud en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cambiemos vino a entregar lo público a los privados.
Por eso, el Gobierno del señor Rodríguez aprobó a través de un decreto la creación de la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) Complejo Hospitalario Sur, como organismo para llevar a cabo la puesta en funcionamiento del proyecto "Complejo Hospitalario Sur", sin pasar por la Legislatura porteña.
Según se detalla en el decreto 297/18, que lleva la firma del vicejefe de Gobierno Diego Santilli, la UPE funcionará bajo la órbita de la Subsecretaría de Planificación Sanitaria del Ministerio de Salud porteño, con rango, nivel y atribuciones de Dirección General.
Distintas fuerzas políticas de la Legislatura porteña rechazaron el decreto, y señalaron que no tienen conocimiento de cómo se procederá con el Proyecto dado que no hay respuestas desde el Ejecutivo al respecto.
"El 90% de los problemas de salud de la población se resuelven en el primer nivel de atención, en los centros de salud, y Cambiemos elige hacer esta obra faraónica sin un sustento sanitario que hayan logrado explicar hasta el momento", dijo el diputado de Unidad Ciudadana Javier Andrade, que integra la comisión de salud en la legislatura.
“Por supuesto que además en este contexto de ajuste, despidos y achique del estado estamos preocupados por las fuentes de trabajo. Nos ponen a discutir edificios y lo que tenemos que discutir es recursos humanos que faltan y mucho, tanto en hospitales como en Centros de Salud. El Complejo Hospitalario Sur se parece más a un proyecto inmobiliario que a uno sanitario. Es otra muestra de los vicios de este gobierno que lleva entre privatizaciones y ventas alrededor de 300 hectáreas en la ciudad de Buenos Aires”.
→ Sostiene Sergio Kiernan
El decreto de Horacio Rodríguez Larreta creando un Polo Hospitalario Sur cierra ocho años de intentos de concentrar centros de atención, una manía iniciada por Mauricio Macri en 2010, su tercer año de gobierno porteño. Que sea un decreto muestra la debilidad del concepto: ni con las mayorías casi automáticas del macrismo en la Legislatura se puede arriesgar votar el bodrio. Como es imposible encontrar las ventajas médicas, de atención al paciente, hospitalarias, de la iniciativa, es muy riesgoso aceptar un debate público. El Polo sólo cierra desde un sentido y sólo uno, como un negocio inmobiliario.
Crear un super Muñiz significa un muy buen contrato de construcción para un amigo o consorcio de amigos de los que le abundan al macrismo. Será uno de los perfectos contratos de estos tiempos, perfectamente irrelevante e innecesario, flojo en calidad conceptual y material, y caro. Pese al discurso del ajuste, este tipo de movidas es la manera disimulada y sistemática con que el PRO subsidia a su industria mimada. Ya se vió el reemplazo de kilómetros de cordones de vereda de granito por cemento de la peor calaña, obra sólo entendible como un subsidio a las constructoras, y la furia con que se están reembaldosando ahora barrios enteros suena a lo mismo.
Concentrar 5 hospitales en uno significa además liberar cuatro atractivos terrenos para la industria inmobiliaria, con lo que el polo a crear se inscribe en una continuidad macrista. De los terrenos ferroviarios, de la venta de lotes de propiedad pública, de la destrucción de un parque porteño para crear la villa olímpica y ahora de la propuesta de desactivar hospitales siempre resulta lo mismo, tierra para que unos pocos privados, de los que tienen espaldas anchas y luego financian campañas, hagan su negocio.
Geográficamente, el planteo de un polo al sur no tiene sentido, porque sólo dos de los cuatro centros de salud a cerrar están remotamente en la misma zona de la ciudad. El Marie Curie y el IREP agregan un alto nivel de incoherencia incluyendo Parque Centenario y Núñez en el mapa. Esto quiebra la coherente grilla de atención hospitalaria de esta ciudad –y de tantas otras– que intentó arrimar el médico y el consultorio parejamente a todos los vecinos. Pero en términos inmobiliarios, que el macrismo entiende y privilegia, agrega valor. La tierra en Caballito y en Nuñez vale más que en el sur.
Es muy probable que este negocio genere más problemas a futuro, porque tres de los edificios a vender –el Marie Curie, el Udaondo y el María Ferrer– son anteriores a 1940, y por lo tanto tienen protección cautelar como patrimonio edificado.
El IREP es de 1949 y una de esas bellezas del peronismo, la Ciudad Infantil de la Fundación Eva Perón. El espectacular terreno arbolado de las calles Echeverría, Dragones, Húsares y Juramento es un ejemplo del último estilo arquitectónico público que tuvimos, el “chalet peronista”, amable y negador de las teorías de vanguardia. El conjunto es un Area de Protección Histórica especial, con el más alto grado de catalogación posible.
Con lo que la venta de las propiedades es apenas el primer paso del negocio. Después vendrá la batalla por dejarlos desprotegidos, demolibles, mutados en terrenos.
Ejemplo de Decreto en contra de los intereses de la población.
Desde le gobierno de Cambiemos no hablan de ajuste ni de despidos, sino de modernizar al Estado y mejorar los mecanimos de funcionamiento de la administración pública. La acostumbrada mentira gubernamental antes de una decisión política que afectará a millones de compatriotas.
Sabemos que, en realidad, esconden la precarización laboral de miles de empleadas y empleados públicos. Achicar el Estado es entregar nuestra soberanía al poder financiero internacional.
Macri lo hizo.
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