jueves, 22 de agosto de 2019

ARDE EL AMAZONAS



No es difícil de explicar. La naturaleza se cuida sola. El motivo del ECOCIDIO es la actividad humana especulativa, de empresarios codiciosos y gobiernos cómplices. La tala indiscriminada arrasa miles de hectáreas del bosque amazónico. La deforestación es provocada por la falta de regulación de los Estados frente a la codicia capitalista. Las quemas inducidas que realiza la agroindustria (para utilizar los predios para el ganado o plantaciones de soja) genera devastación de miles de hectáreas verdes. Los incendios actuales son producto de todo esto y más...





DEPREDACIÓN → Una de las mayores minas de hierro del planeta, así como la línea de tren de casi 900 kilómetros que se usa para exportarlo por todo el mundo.



    •  “La reducción de los bosques es muy preocupante. Estamos perdiendo un reservorio de humedad que cumple con un rol fundamental en la regulación del régimen de precipitaciones y su variabilidad en la región. Todos nuestros países sentirán los cambios, estamos comprometiendo el futuro de nuestros hijos y nietos”, dijo Pedro Silva Dias, profesor e investigador de la Universidad de São Paulo. “Nuestras autoridades se niegan a ver esta realidad”.



En el mismo sentido José Marengo, meteorólogo y coordinador general de investigación y desarrollo del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Brasil) sostuvo que “los fuegos están fuera de control, se convirtieron en un problema cultural. Las acciones ambientales de Bolsonaro siguen la agenda de Trump. El odio que tiene el presidente hacia los científicos y las ONGs ambientalistas es profundo. Culpan a estas organizaciones de colocar el fuego en la selva, el Ministro de Medioambiente vive a la defensiva”.


El Amazonas es el bosque tropical más grande del planeta (abarca 7 millones de kilómetros cuadrados y comprende 9 países) y cuenta con unos 400 mil millones de árboles de los tamaños y tipos más variados. El “pulmón del mundo” está prendido fuego y la mala noticia es que el gobierno de Brasil intensifica su asfixia al ignorar las problemáticas ambientales. Bolsonaro redujo en un 95% el presupuesto de acciones destinadas a combatir el cambio climático y, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués), ya son 73 mil los focos de quema registrados en lo que va de 2019.

Literalmente, el Amazonas arde y la deforestación amenaza con ser la peor de la historia. ¿Por qué? Desde comienzos de su gestión, los grandes terratenientes cuentan con el visto bueno del mandatario para quemar regiones boscosas y barrer con la biodiversidad presente.

Cinco estados han experimentado un incremento notable en sus incendios: Mato Grosso del Sur (260%), Rondonia (198%), Para (188%), Acre (176%) y Río de Janeiro (176%). En estos momentos, el corredor se extiende por varias regiones del país (Medio Oeste, Sudeste y Sur) que declararon su situación de emergencia por alerta ambiental y avanza a ritmo sostenido sobre Argentina, Uruguay, Perú y Bolivia.



El impacto ambiental

La quema y la deforestación de la selva disminuyen el caudal de los “ríos voladores” –flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor– responsables de gran parte de las lluvias que se generan en el continente. “En San Pablo llovió agua negra porque los vientos llevaron todo ese humo hacia nuestra ciudad. Esto provoca graves inconvenientes de polución y obstrucciones respiratorias en la población. Es muy fuerte ver a las autoridades cómo dan la espalda y tildan a los científicos de sensacionalistas”, cuenta  José Marengo.

También se ve afectado el papel que el bosque desempeña en relación al ciclo hidrológico. “Parte de la lluvia se genera por humedad transportada desde el Océano Atlántico y confluye con la evapotranspiración de los bosques. Entonces, cuando llueve en la región, los ríos voladores arrastran esa humedad de la Amazonía hacia el sur. Si toda la flora desaparece y las temperaturas aumentan, se podría producir una crisis hídrica implacable”, alerta el especialista.




“Siempre hubo malas intervenciones de los gobiernos en asuntos ambientales. Lo que ocurre ahora es de una agresividad notoria, no les gusta la idea de monitorear los incendios. Impresiona cómo se despreocupan por tener datos reales acerca de lo que verdaderamente sucede”, plantea Silva Dias. Lo que aún significa más, la decisión gubernamental ha sido contratar a una empresa de EEUU para reemplazar las funciones del INPE: “No me entra en la cabeza, no lo puedo entender, porque es un tema de interés nacional. INPE tiene la competencia y es reconocido internacionalmente, sus técnicas fueron empleadas y certificadas en otros países. No importa la calidad científica de lo que hagamos, siempre es mejor si viene de afuera. Al gobierno no le interesa contar con nuestras capacidades humanas para producir productos tecnológicos y eso es un problema”, apunta Silva al respecto.


    •  Como todo conflicto medioambiental, las razones hay que hurgarlas en la política. El mandato productivista se lleva de maravillas con el cortoplacismo y la protección de recursos naturales y la biodiversidad de la ecorregión se vuelven prescindibles. 


Mientras tanto, para los medios hegemónicos, unas catástrofes importan más que otras. Notre Dame tuvo mayores repercusiones y coberturas mediáticas que el infierno del Amazonas. Y no se trata de comparar conflictos para medir cuál duele más. Más bien, se vincula con un proceso educativo: enseñaron a valorar Occidente. Un Occidente, blanco, europeo, civilizado. Y en el proceso de colonización, también enseñaron a olvidar lo propio.














↑ El desesperado clamor de una líder indígena, en el congreso brasileño, en abril pasado, volvió a la actualidad por los devastadores incendios en la Amazonía.






2 comentarios:

  1. Muy buena nota sobre este desastre a nível mundial, que no solamente americano, con solo recordar las arenas que "vuelan" desde Africa a Brasil. Además una excelente respuesta a quienes dan como origen de los incendios a Bolivia,solo mirar el mapa alcanza para ver que posibilidad tendría Bolivia de incendiar la Amazonia, pero Bolivia esta muy expuesta a las criticas, recordar que hace poco Evo declaro al país libre de agrotóxicos y, Monsanto tiene muchos recursos para aquellos que busquen descalificar a Evo, sin nombrar siquiera a Bolsonaro

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  2. Hay que detener a Bolsonaro, hay que detener a Macri... nunca más neoliberalismo en Sudamérica, ya se ven las consecuencias de estos gobiernos especulativos, antipopulares, mafiosos, que desprecian la vida y la naturaleza.

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