Es auspicioso que los abogados se piensen a sí mismos como protagonistas, junto al pueblo, en esta nueva etapa de la Argentina.
Desde este blog hemos estado debatiendo y analizando los prolegómenos del futuro del Riachuelo, su cuenca y los millones de compatriotas que ven afectados sus derechos por decisiones inconsultas.
Creemos que sólo la participación popular hará posible la verdadera resolución de los problemas que nos aquejan, y los abogados, las leyes, los jueces, tiene una presencia permanente en dichas problemáticas.
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Damián Loretti es candidato a presidente del Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires por la agrupación Frente Gremial de Abogados Colegio para Todos...
“Necesitamos un Colegio que sirva a la construcción de un modelo de profesional que se comprometa con las necesidades de su pueblo, así como profesionales que reconozcan su lugar como sujeto político”, afirma Damían Loreti.
Fue uno de los redactores del proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y puso como ejemplo un tema por él bien conocido: “Ha sido casi nula la participación del Colegio Público en la discusión de la ley de Comunicación Audiovisual, que fue la ley más discutida del país; se hicieron foros en las facultades e instituciones públicas, y no fueron a ninguna, salvo alguna excepción a título personal”.
Loreti sostiene que entre los frentes de trabajo que plantea para el Colegio, uno es cómo la institución “se reposiciona tomando la voz pública en beneficio de los colegas, tanto los que litigan como los que ejercen de otro modo, reconociendo la particular instancia en la cual la profesión se torna cada vez más compleja a raíz de esa expansión de derechos sociales, económicos y culturales”.
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"Hay muchas leyes que ponen específicamente en juego el rol del abogado”, indica Loreti, quien fue exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
En este sentido, Loreti encuentra otro ejemplo recordando que “el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti plantea que la causa más relevante que tiene la propia Corte es la del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo. Esta es una oportunidad magnífica para plantear estándares de protección a los derechos humanos abarcados allí”.
También remarca Loreti que “el ministerio público ha planteado nuevas vías a los fiscales en casos de apremios ilegales, y el Colegio Público bien podría hacer lo mismo sobre, todo con los profesionales jóvenes”.
"En cuanto a los delitos de lesa humanidad –sostiene Loreti-, tanto la Corte como la Cámara de Casación han planteado reglas y modos de realizar los juicios y en ninguna de las dos conducciones anteriores del Colegio se ha dicho nada al respecto. Y lo mismo sucedió respecto del nuevo Código Civil”, agrega.
Loreti considera que “fallos muy relevantes de la Corte tampoco han generado instancias de discusión y seguimiento, como el del aborto”, y recuerda que “un sector de los que va a elección se planteó en contra, pero bien se podrían formar ateneos para su discusión, son instancias necesarias para el reconocimiento del abogado como científico del derecho”.
En cuanto a la relación con la Facultad de Derecho y la formación académica, indicó que la formación tradicional del abogado tiene dos complicaciones serias. La primera es que la formación del abogado como litigante, en la que la clínica del interés público y la defensa del Estado no forman parte”.
“Otra cuestión es el paradigma del abogado exitoso y quiénes son sus clientes, ya que este paradigma raramente se relacione a quienes llevan causas con sectores desfavorecidos y con casos de interés público. Esto hace también a la formación de posgrado que puede plantearse dentro del Colegio”, afirma Loreti.
En lo que hace al ejercicio de la profesión, el candidato del Frente Gremial repasa los ejes gremiales que considera fundamentales de su propuesta, “comenzando por la situación de los abogados en relación de dependencia, particularmente los jóvenes vinculados con estudios jurídicos, ya que el 2 por ciento de trabajo en negro son estudios jurídicos y contables, y hay un conjunto de colegas comprendidos en esta situación, y ahí no hay un problema de relación laboral solamente, sino también de reconocimiento a la actividad profesional entre colegas”, afirma.
Otro aspecto que preocupa a Loreti es “cómo el colegio colabora para el primer impulso de los abogados jóvenes que recién se reciben, desde el costo de la matrícula a mecanismos económicos que tiene la profesión en su situación inicial, y hay situaciones que viven colegas a los cuales se les dan, por ejemplo, planillas para ir a una mediación y las dejan en la mesa de entrada del estudio. Ese es otro tema de rejerarquización de la profesión” que está pendiente, indica.
Un tercer punto del programa del Frente Gremial pasa los abogados en relación de dependencia con el Estado y en “ver de qué modo promover instancias de reconocimiento vía la publicación de sus trabajos y cómo en la medida en que él se perfecciona, eso se traslada al desarrollo de su carrera profesional”.
Loreti incluye además entre los temas a abordar gremialmente aspectos de tipo disciplinario. “Las reglas que rigen hoy, marcan que los procesos duren cuatro veces más que un juicio político y eso pone al abogado en una situación de vulnerabilidad en el ejercicio de su profesión”, sostiene.
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Damián Loretti en café las palabras (vea con detenimiento desde el minuto 25, y escuche bien el minuto 32:30)
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