viernes, 11 de enero de 2019

LOS PELIGROS DE VACA MUERTA



“Desarrollo”, “soberanía energética”, “progreso”, “gas no convencional”, todos términos que se vienen utilizando en los últimos años en torno a esta forma de extracción de petróleo. Contaminación, dependencia, destrucción del paisaje y tramas secretas son los riesgos de sostener la actual matriz energética a cualquier precio.

Este tipo de explotación de hidrocarburos es cuestionada por el enorme impacto ambiental, ya sea por el uso desmedido de agua potable para su funcionamiento, la aplicación de decenas de químicos altamente venenosos y la contaminación de las cuencas de agua subterráneas. Mientras los gobiernos invitan a las multinacionales a extraer cada gota de crudo, ¿a qué nos estamos enfrentando?



 La fracturación hidráulica, fractura hidráulica​ o estimulación hidráulica (también conocida por el término en inglés fracking) es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo.

La técnica consiste en la perforación de un pozo vertical u horizontal, entubado y cementado, a más de 2.500 metros de profundidad, con el objetivo de generar uno o varios canales de elevada permeabilidad a través de la inyección de agua a alta presión, de modo que supere la resistencia de la roca y abra una fractura controlada en el fondo del pozo, en la sección deseada de la formación contenedora del hidrocarburo. Esta agua a presión es mezclada con algún material apuntalante y productos químicos, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, y que son típicamente menores de 1 mm, y favorecer así su salida hacia la superficie.





Persecución en Vaca Muerta
Un fotógrafo alemán denunció violencia policial y el secuestro de su equipo

Stefan Borghardt es alemán, tiene 28 años, estudia Fotoperiodismo y Fotografía documental en la Universidad de Ciencias aplicadas y Artes de Hannover, donde vive. En octubre viajó a Argentina dispuesto a dedicar el semestre a investigar proyectos de fotografía. La experiencia adquirida no era imaginable en su país: mientras tomaba fotos de los piletones de petróleo denunciados en Vaca Muerta, fue detenido por la vigilancia privada, trasladado luego por la policía neuquina a la comisaría de Añelo, el pueblo lindante al yacimiento, esposado, encerrado en un calabozo donde fue amenazado y maltratado. Cuando lo liberaron le retuvieron los equipos que recién hoy le serán devueltos. Ayer, Borghardt presentó la denuncia penal intentando encausar a través de la justicia el gravísimo atentado cometido contra la libertad de prensa.

“En diciembre viajé a Neuquén para trabajar en un proyecto documental a largo plazo sobre el fracking, la extracción no convencional que se está realizando principalmente en las zonas de Vaca Muerta y el Alto Valle de Río Negro. Me había motivado una denuncia que se había viralizado de Greenpeace para el momento en que llegué a Argentina”, confió Borghardt a PáginaI12. El fotógrafo se refiere al voluminoso derrame denunciado por Greenpeace y FARN en la zona del yacimiento Bandurrias Sur, de YPF, en Vaca Muerta. La denuncia y su mediatización dispararon la curiosidad de Stefan Borghardt.


fotos: Stefan Borghardt


El fin de semana pasado, el fotógrafo se instaló en Añelo, y el lunes se decidió a buscar imágenes aprovechando que el día estaba nublado. Caminó por diversos sectores, hizo algunas fotos, se encontró con trabajadores que lo llevaron en una camioneta a lugares desde donde se veían mejor los vertederos.

Avanzó hasta donde se encontró con un cartel que prohibía la entrada y retrocedió, caminó unos 200 metros y se topó con el predio de Treater, “el lote 56 del Parque Industrial de Añelo”, explicó Borghardt en su denuncia penal. No divisó carteles en los que se prohibiera el ingreso. “Caminé alrededor de 1.500 metros sobre un suelo regado con alguna substancia pegajosa y de color marrón oscuro que a la tierra la había vuelto muy firme, parecía cemento”, continúa su relato el fotógrafo.

“Me dirigía hacía el norte hasta que me encontré con algo que desde abajo parecía ser una loma de tierra. Vi que desde el borde de arriba se había derramado una buena cantidad de un líquido espeso y oscuro hasta llegar al pie de la loma. Saqué algunas fotos del derrame con las dos cámaras profesionales que llevaba encima. Además saqué una foto con mi celular y se la mandé a una amiga, a mi novia, a mi madre, a Martín Alvarez, del Observatorio Petrolero Sur y a Juan Carlos Ponce de la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua Allen.

Desde ahí me subí al borde de la loma y se me hizo evidente lo que me había imaginado, que era un piletón grande lleno de líquido.” Borghardt comenzó a fotografiar con las dos cámaras y el celular. “Estimo haber estado ahí arriba unos dos minutos antes de que llegara una camioneta blanca con un supervisor que me dijo que no podía estar allí porque me ubicaba en un terreno de propiedad privada. Öfreció llevarme a la entrada del lote. En la entrada le pidieron que mostrara las fotos pero dijo que estaban en un rollo fotográfico y era imposible. Los de vigilancia llamaron entonces a la policía y pocos minutos después llegó una camioneta policial con tres uniformados y una mujer policía que lo trasladaron a la comisaría 10ª.

La comisaría 10ª tiene la particularidad de haber sido inaugurada en diciembre. Su estreno público excedió todas las previsiones: fue internacional.





En su relato, Stefan Borghardt describe el maltrato que recibió de parte de los uniformados. “La oficial me agarró de la manó y me puso el brazo en la espalda, empujándome e insultándome. Me llevó al pasillo de calabozos. Al testigo que firmó el acta no lo alcancé a ver. En el pasillo estaba parado otro oficial que me pateó al pasar. Llegamos al calabozo y yo me encontré rodeado por unos cinco a siete oficiales, no me acuerdo bien, fue todo muy turbio y atemorizante para mí. Varios (al menos tres) me pegaron, me patearon y me insultaron. Un policía que me maltrataba con una escoba desde lejos, me dijo que él odiaba a todos los alemanes. Yo durante todo ese proceso tenía las manos levantadas y pedía que no me lastimaran. Me decían que firmara, que tenía que firmar, y que no funcionaban las cosas como yo me las imaginaba. Después tuve que quitarme los cordones de los zapatos y un policía me dijo que me apurara porque si no me ayudaba él, y sacó una navaja del bolsillo.”

Stefan Borghardt fue liberado a la noche. Ayer, acompañado por el abogado Emmanuel Guagliardo, presentó una denuncia penal en la fiscalía de Neuquén, encabezada durante el turno por el fiscal Maximiliano Breide Obeid. Hoy recibirán al denunciante y le entregarán las cámaras que le habían secuestrado “sin orden judicial”, tal como señalaron fuentes de la fiscalía a este diario. “Ya había aprendido la lección –reconoció Borghardt refiriéndose a la comisaría–, que ese no era el ambiente para reclamar por mis derechos”.



Fractura hidráulica contra los cultivos y las poblaciones...



Según los ingenieros no pasa nada, son todos mitos...



Las comunidades se ven afectadas...




LOS CUATRO PELIGROS DEL FRACKING

“Desarrollo”, “soberanía energética”, “progreso”, “gas no convencional”, todos términos que se vienen utilizando en los últimos años en torno a esta forma de extracción de petróleo. Contaminación, dependencia, destrucción del paisaje y tramas secretas son los riesgos de sostener la actual matriz energética a cualquier precio.

Este tipo de explotación de hidrocarburos es cuestionada por el enorme impacto ambiental, ya sea por el uso desmedido de agua potable para su funcionamiento, la aplicación de decenas de químicos altamente venenosos y la contaminación de las cuencas de agua subterráneas. Mientras los gobiernos invitan a las multinacionales a extraer cada gota de crudo, ¿a qué nos estamos enfrentando?

AGUA, TINIEBLAS DE INFORMACIÓN, VIOLACIÓN DEL TERRITORIO

Primer problema: consume mucha agua. Casi 20 000 metros cúbicos por pozo con el agregado de unas 400 toneladas de productos químicos diluidos en agua, en una proporción de 2 por cada 98 de agua.

Segundo problema: los secretos comerciales nos impiden saber qué químicos utilizan. Sin embargo, distintas investigaciones mostraron la presencia unas 500 sustancias, entre ellas 17 tóxicas para los organismos acuáticos, 38 tóxicos agudos, 8 cancerígenos probados.

Tercer problema: contaminación de cuencas acuíferas, de la tierra y el aire. El periódico norteamericano The New York Times publicó las conclusiones de una investigación en el 2011 sobre 200 perforaciones en Pensilvania, varias de ellas en la Marcellus Shale, la mayor cuenca de shale oil del país. De acuerdo con esa investigación, e tratamiento de los efluentes no eliminaba algunos de los tóxicos y luego estos eran descargados en aguas de uso público. De 149 perforaciones, 42 excedían la norma federal del agua potable para la presencia de radio, 41 para el benceno y cuatro para el uranio, a la vez que 128 perforaciones la excedían para una radiación emitida por el radio y el uranio. A su vez, un estudio de la Universidad de Cornell, estimó que la explotación de petróleo y gas no convencional dejará una huella de carbono muy superior a la del carbón, porque los elementos asociados a su exploración y uso son más difíciles de capturar que el dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero.

Cuarto problema: violación de la soberanía territorial. Dado que los volúmenes de inversión de este tipo de explotaciones es muy alto, son pocas las empresas con el capital suficiente para realizarla. Entonces, imponen costosas cláusulas de exclusividad, secretos comerciales, exención de impuestos y contratos a muy largo plazo. A saber: de las diez empresas más grandes del planeta por volumen de ingreso, ocho son petroleras.



1 comentario:

  1. Muy buena la entrevista a los ingenieros, remarcable la capacidad para mentir, gracias por informar con esta precisión que se adjunta a la realidad, que siempre falla según los ingenieros, en especial el de traje.

    ResponderBorrar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODO INCENDIO ES ECONÓMICO POLÍTICO