El Riachuelo muestra, desde el domingo pasado, una gran mancha negra que cubre unos dos kilómetros de superficie y afecta a la vegetación que crece a la vera del canal. Se trata de un vertido de hidrocarburo que quedó al descubierto cuando bajó el nivel del agua. Personal de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) y de la Agencia de Protección Ambiental (APRA) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires investigan el origen del derrame y anunciaron que podrían clausurar la fábrica responsable.
El descubrimiento fue en la estación de bombeo número 4, a la altura del viejo Puente Pueyrredón. El pasado domingo, empleados de la empresa que realiza la remoción de los residuos sólidos del Riachuelo detectaron una capa oscura de aceite que, como un tapiz tornasolado cubrió el espejo de agua y la vegetación. El daño se extiende desde el Puente Bosch hasta la barraca Peña y se aprecia sólo desde el lado de la Ciudad.
Osvaldo Reynoso, coordinador de fiscalización de ACUMAR, dijo a Tiempo Argentino que la zona “recibió un daño muy importante porque acá veníamos sosteniendo un trabajo muy fuerte para que el ecosistema se recupere” y que al efectuar la limpieza del sector se comprobó que "el vertido provenía de los desagües de la margen porteña y que afectó el área entre el puente Pueyrredón Viejo y Barranca Peña". Asimismo, informó que “funcionaron todos los controles” y que se está trabajando desde ayer en la limpieza de márgenes, recolección de la vegetación dañada (algunos totorales y juncos) y la colocación de barreras de contención que impidan un perjuicio mayor. Además, desde hoy trabajarán dos camiones cisterna para absorber el vertido contaminante.
"Este hidrocarburo se impregnó en todas las plantas de las orillas, que costó mucho que vuelvan a crecer y que ahora van a tener que ser removidas junto con restos de contaminación", aseguró Reynoso.
Por otra parte, fuentes de APRA, informaron que el hecho motivó el trabajo de Wall E, el robot teleguiado que se utiliza para la inspección subterránea de cañerías. El artefacto tiene cuatro ruedas, una cámara y luces de LED y se alimenta mediante un cable, por el cual también le llegan las órdenes. La fuente contó que “el robot se suelta y se lo hace funcionar en dirección al problema, lo usamos en forma usual para destapar pluviales”. Consultados acerca de los resultados, respondieron que “el tiempo de respuesta depende del trabajo previo de averiguaciones con los inspectores pero los resultados pueden estar en uno o dos días”.
En ese sentido, Reynoso manifestó que “el robot ya relevó el 65% de los desagües y no vamos a tardar en encontrarlo e identificar a los responsables”.
También adelantó que la empresa infractora podría ser clausurada, como ocurrió con cerca de 300 firmas hasta la fecha, y que “se seguirán todos los pasos legales que corresponden según el daño generado”. Cabe destacar que la capa de combustible que cubre la zona impide el contacto que tanto el agua como las plantas necesitan tener con el aire para oxigenarse.
El proceso de saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo fue noticia la semana pasada luego de que la Corte Suprema de Justicia decidió separar al juez federal de Quilmes, Luis Armella, del fallo que ordena dicho proceso. La decisión fue tomada por la presunta derivación de contrataciones a empresas familiares. Además, el máximo tribunal lo denunció penalmente y dicha investigación está a cargo del juez federal Luis Rodríguez, quien tiene a su cargo el juzgado federal Nº 9.
La investigación se inició cuando la Auditoría General de la Nación cruzó los datos de M&T SA con las empresas Tierras Provinciales SA, Vial Rogo SA y Gildin SA, cuyas composiciones accionarias comparten al menos un socio. Miembros de estas sociedades forman parte de San Martín 264 Bernal SA, entre cuyos socios figuran la esposa del juez ARMELLA, Marina Laura Groba Martini, su suegro Francisco Alberto Groba y el tío de su pareja, Aníbal Carlos Nietzel.
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