Como todo el mundo sabe, las sesiones de fin de año en la Legislatura porteña y en los consejos deliberantes municipales suelen ser las ocasiones en que se aprueban cientos de leyes, entre las que cuelan las políticamente incorrectas. Eso fue lo que sucedió en Vicente López a fines de 2012.
Los primeros meses del año pasado relatamos en esta columna las andanzas del otro Macri –el primo de Mauricio–, intendente de ese partido bonaerense, que pretendía aprobarle a Ribera Desarrollos S. A. un megaproyecto sobre la costa del Río de la Plata.
La empresa está a cargo de Carlos de Narváez, hermano de Francisco, y el regalito para fin de año forma parte del proyecto que comprende 16 hectáreas, de las cuales 6,9 son públicas.
En una sesión que será recordada como de las más escandalosas en el distrito, aprobó las excepciones al Código de Planeamiento Urbano que permitirán esta destrucción ambiental, a pesar de la reiterada oposición de los ciudadanos.
Jorge Macri no estuvo solo. El proyecto de ordenanza recibió el voto favorable del bloque oficialista, junto con la UCR, Unión Celeste y Blanco y los concejales que responden al ex intendente Enrique “Japonés” García.
El proyecto incluye la construcción de un banco, una productora de televisión, un complejo médico y un helipuerto para uso privado. Pero eso no es todo, prevé también excepciones para la construcción de una torre de oficinas de más de 80 metros y departamentos en el predio lindero a un gran supermercado de origen francés que se encuentra en esa zona.
Esta nueva autorización viene a seguir alimentando el Proyecto AL RIO, que impulsa De Narváez, y en el que el metro cuadrado tendrá un valor que oscilará entre los 3.100 y los 7.000 dólares. Nada menos parecido a un proyecto destinado a paliar el déficit habitacional de clases medias y bajas, que debería ser hoy la principal preocupación de los gobernantes.
Pero el hermano del diputado no se queda conforme con esto y pretende construir una estación de tren propia y ya logró que se construya un puente sobre Av. Del Libertador.
La ordenanza fue votada en contra por los concejales del FAP y una parte del Frente Comunal, de la UCR y del PJ, quienes afirmaron que viola las pautas establecidas en 2006 en el Plan Director, que establecía para esa zona construcciones de baja altura.
Los vecinos respondieron con ironía y sugirieron que la votación estuvo facilitada por algún “presente” para los ediles traído por Papá Noel. Y desde el grupo Unidos por el Río expresaron: “Los temas no fueron tratados en las comisiones pertinentes, los expedientes carecían de los estudios que corresponden por ley. Constituye una aberración jurídica que se sigan autorizando excepciones en tierras públicas sin un llamado a licitación, sin concurso de ideas y sin convocar a audiencias públicas como mecanismo de participación ciudadana”.
No importa quién voto o no ahora, TODOS estan dispuestos a votarlo, solo que, llegado el número necesario, el acuerdo es que queden algunos fuera para volver creible el sistema, pero todos son materia disponible, igual que en Ciudad de Buenos Aires, donde sin excepciones se vota alternativamente para uno u otro lado, negocios son negocios.
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